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Cáncer de hígado

¿Qué avances hay en las investigaciones sobre el cáncer de hígado?

Continuamente se llevan a cabo investigaciones sobre el cáncer de hígado debido a que sólo hay pocas maneras eficaces de prevenir o tratar este cáncer en la actualidad. Los científicos están investigando las causas y las formas de prevenir el cáncer de hígado, así como las maneras de mejorar los tratamientos.

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Algunos científicos creen que las vacunas y los tratamientos mejorados contra la hepatitis podrían prevenir alrededor de la mitad de los casos de cáncer de hígado en todo el mundo. Los investigadores están estudiando métodos para prevenir o tratar las infecciones de hepatitis antes de que causen cáncer de hígado. Actualmente se están llevando a cabo investigaciones para prevenir la hepatitis C. Además, se ha logrado progreso en el tratamiento de la hepatitis crónica.

Pruebas de detección

Varias pruebas sanguíneas nuevas se han estado estudiando para determinar si pueden detectar el cáncer de hígado más temprano en comparación con la prueba AFP y la ecografía. Algunas pruebas que se están estudiando son: DCP, Glypican-3, osteopontina y proteína de Golgi 73. También se evalúa el uso de pruebas por imágenes diferentes a la ecografía como las tomografías computarizadas (CT) y las imágenes por resonancia magnética (MRI) para la detección del cáncer de hígado.

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Se han estado desarrollando nuevas técnicas para que la hepatectomía parcial y el trasplante de hígado sean más seguros y eficaces.

Agregar otros tratamientos a la cirugía

Un área en la que actualmente se están llevando a cabo investigaciones usa terapias adyuvantes (tratamientos administrados justo después de la cirugía) para tratar de reducir las probabilidades de que el cáncer regrese). La mayoría de los estudios hasta el momento en los que se usa quimioterapia o quimioembolización después de la cirugía no ha demostrado que ayuden a las personas a vivir por más tiempo. También se investigan medicamentos más nuevos, como la terapia dirigida, que pueden llegar a ser más eficaces. También se han reportado algunos resultados promisorios con la radioembolización, pero estos resultados necesitan ser confirmados en estudios de mayor alcance. Otra área de estudio ha sido el uso de terapia antiviral en personas cuyo cáncer hepático se relaciona con una hepatitis viral para ver si mejoran los resultados después de la cirugía.

Los médicos también están estudiando maneras para que más cánceres de hígado sean resecables al tratar de encogerlos antes de la cirugía. Actualmente se están realizando estudios para investigar diferentes tipos de terapias neoadyuvantes (terapias administradas antes de la cirugía), incluyendo la terapia dirigida, la quimioterapia, la ²¹²ú±ô²¹³¦¾±Ã³²Ô, la embolización, y la terapia de radiación. Los resultados preliminares han sido promisorios, pero los estudios sólo se han realizado en pocos pacientes.

Determinación del riesgo de recurrencia después de la cirugía

Después de una hepatectomía parcial, una de las preocupaciones mayores consiste en que el cáncer pueda regresar (recurrir). Conocer el riesgo de recurrencia de una persona después de la cirugía puede proveerle a los médicos una mejor idea sobre el cuidado de seguimiento adecuado para él o ella.  Además, esto puede ayudar algún día a determinar quién necesita tratamiento adicional para reducir este riesgo.

Los investigadores estudian el perfil genético  de las células hepáticas extraídas durante la cirugía para tratar de predecir la recurrencia del cáncer. Estos estudios son prometedores, pero requerirán confirmación con otros estudios de mayor alcance antes de usarse ampliamente.

Terapia de ²¹²ú±ô²¹³¦¾±Ã³²Ô

Se están estudiando técnicas de ²¹²ú±ô²¹³¦¾±Ã³²Ô más nuevas. Un tipo, llamado electroporación irreversible, es un procedimiento de ²¹²ú±ô²¹³¦¾±Ã³²Ô que no utiliza calor ni frío para destruir las células cancerosas. Esta técnica utiliza alto voltaje para abrir los "poros" de la célula (como los poros de la piel), lo que causa que las células cancerosas mueran. Puede ser muy útil para los cánceres que se encuentran en zonas difíciles de tratar, como aquellos cercanos a vasos sanguíneos cercanos.

Terapia dirigida

Se han desarrollado medicamentos más nuevos que funcionan de maneras distintas a los de la quimioterapia convencional. Estos nuevos medicamentos de terapia dirigida actúan sobre proteínas específicas en las células cancerosas o sus ambientes circundantes.

Los vasos sanguíneos de los tumores son blanco de varios de los medicamentos recientes. Los tumores del hígado necesitan nuevos vasos sanguíneos para poder crecer. El medicamento sorafenib (Nexavar), el cual ya se usa para algunos cánceres de hígado que no pueden ser extirpados quirúrgicamente, funciona en parte al dificultar el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos. Actualmente se estudia su uso en etapas más tempranas del curso  de la enfermedad, como después de la cirugía o la quimioembolización transarterial (TACE). Los investigadores también están estudiando si al combinarse con quimioterapia puede hacer que el tratamiento sea más eficaz.

El ramucirumab (Cyramza) es otro medicamento de terapia dirigida que actúa al bloquear el nuevo crecimiento de los vasos sanguíneos, lo que puede provocar la reducción del tamaño del tumor. Este medicamento se está utilizando en otros cánceres, como el cáncer de estómago, el cáncer de pulmón no microcítico y el cáncer colorrectal. Se está estudiando en personas con cáncer de hígado, y los resultados han sido positivos.

Biomarcadores

Conocer qué cánceres de hígado responderán a ciertos tratamientos antes de suministrarlos ayudaría a evitar que las personas tengan que enfrentarse a los efectos secundarios de los medicamentos que no son eficaces. Se están realizando investigaciones para buscar biomarcadores específicos (proteínas) como p-ERK, o perfiles genómicos (cambios genéticos específicos de un cáncer) para saber si la terapia dirigida o la inmunoterapia se pueden elegir en función de las características especiales de cada  tumor.

Terapia con virus

Un método de tratamiento más reciente consiste en el uso de un virus conocido como JX-594. Este comenzó como el mismo virus que se usó para producir la vacuna contra la viruela, pero ha sido alterado en el laboratorio de modo que infecte principalmente a las células cancerosas y no a las células normales. Se inyecta una solución que contiene el virus en los cánceres de hígado, y el virus puede entrar en las células cancerosas, causando que estas células mueran o provocando la producción de proteínas que ocasionan que sean atacadas por el sistema inmunitario del cuerpo. Los primeros resultados de este tratamiento contra el cáncer de hígado avanzado han sido promisorios, incluso en pacientes que ya han recibido otros tratamientos.

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Actualización más reciente: abril 1, 2019

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