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Preparar al niño para asimilar el fallecimiento de alguno de sus padres o seres queridos

Los niños a menudo pueden sentir cuando algo a su alrededor no está bien. Es importante mantener al niño al tanto de la situación lo más abiertamente posible, pues esa es la manera en que los niños sabrán en quién sí pueden confiar. Estar al tanto de lo que está pasando también es útil para sobrellevar la incertidumbre y preocupación, así como para asimilar mejor con las emociones y los cambios que se presenten. Mientras que la mayor parte de la información que aquí se incluye está enfocada alrededor del fallecimiento de uno de sus padres, también aplica para cualquier ser querido en la vida del niño.

Posibles reacciones en los niños al enterarse sobre el fallecimiento de uno de sus padres

Los niños de distintas edades presentan maneras diferentes de asimilar la muerte y lo que esto podría implicar para ellos. Es importante tener esto en cuenta mientras ofrece su apoyo al niño que confronta esta situación.

  • Algunos niños se rehúsan a creer que su padre se encuentra gravemente enfermo y esto se manifiesta en su comportamiento.
  • Puede que algunos se dejen llevar por su tristeza y enojo negándose a seguir las reglas del hogar.
  • A veces los niños se alejan y aíslan del resto de la familia o amigos.
  • Puede que se nieguen a escuchar una explicación de lo que está pasando o que pretendan que nada está mal.
  • Puede que los niños manifiesten un retroceso, en el sentido de que hagan cosas que solían hacer cuando eran más pequeños.
  • Puede que tengan problemas cuando el padre los deja en la escuela, tener pataletas o que cambien sus hábitos para ir al baño que ya tenían bajo control.

Los niños cuyo uno de sus padres está muriendo a causa del cáncer también podrían sentir:

  • Ansiedad o depresión
  • Miedo
  • Enojo
  • Culpa por pensar que son en parte responsables de la enfermedad del padre
  • Temor acerca del futuro, de su propia salud y del bienestar de otros seres queridos u otras personas en su familia
  • Señales de abandono, especialmente en casos donde el padre ha estado ausente por un tiempo mucho más prolongado de lo normal debido a los procedimientos médicos en el tratamiento
  • Señales de sentir mayor responsabilidad en los asuntos del hogar

¿Cuándo se debe informar al niño que uno de sus padres está muriendo?

Los niños, especialmente los más pequeños, suelen tener dificultad para asimilar la idea de que la muerte se avecina en uno de sus padres. Pero lo que sí pueden entender es que el cáncer está provocando cambios en el cuerpo del padre enfermo y que llegará el día en que el cuerpo dejará de funcionar. Muchos factores influyen en determinar el momento en que se debe informar al niño sobre la posible muerte del padre.

El primero de estos factores depende de lo que se le ha informado al niño hasta el momento sobre la situación. Idealmente, el niño ha estado al tanto con información verídica desde el inicio acerca del cáncer y cómo esto ha afectado en la familia. Los niños requieren recibir la información acerca de cada detalle alrededor de la situación, dependiendo de qué tan grave se encuentre el padre. De esta manera podrán adaptarse y asimilar la situación, mientras siguen sobrellevando el resto de su vida cotidiana.

Cómo hablar a los niños acerca de la muerte

Se requerirá que planee para tener un momento con el niño durante el cual usted tenga certeza que no habrá interrupciones y que permita un ambiente en el que haya tranquilidad. Considere contar con la presencia del otro padre o de algún otro adulto que sea de confianza del niño. En caso de no ser posible que alguien le acompañe, se recomienda que primero consulte con algún trabajador social, enfermera o médico en donde se da la atención médica del padre para que le indique cómo lograr una mejor forma de comunicarse con el niño.

Hablar con los niños y prepararlos sobre el tema de la muerte es importante, pero lo es incluso más crítico si su padre o madre es soltero(a). Los niños entienden que son sus padres en mayor parte quienes ven por su bienestar y probablemente se preocupen sobre qué pasará con ellos cuando dejen de contar con la presencia de uno de sus padres.

Esta es una conversación difícil de tener con su hijo, y puede que tenga que ensayar antes de que pueda llevarla a cabo sin que las emociones le impidan hablar. Cuando se sienta preparado(a), busque un momento tranquilo y sin interrupciones con su hijo. Puede abordar el tema al mencionar que sabe que los niños suelen preocuparse sobre quién se haría cargo de ellos si uno de los padres no pudiese hacerlo o muriera. Esto le permitirá al niño saber que no se impactará ni alterará si éste le hace preguntas al respecto. Puede observar la manera en que el niño responde a esto antes de que prosiga con explicar sus planes de respaldo. De nuevo, si usted no cree que pueda manejar esta charla por su cuenta, obtenga ayuda. No sienta que todo lo tiene que hacer uste solo(a).

  • Mantenga una comunicación honesta y procure que sea tan abierta como las circunstancias lo permitan durante todos momentos en que los niños se ponen al tanto de la situación.
  • Dígales que sentir rabia, confusión, tristeza y temor está bien por ser lo que naturalmente uno siente.
  • Asegúrese de reafirmar que todo sentimiento que podrían tener es normal.
  • Y reafírmeles que se han hecho planes para que tengan certeza de que siempre habrá quién cuide de ellos.
  • Anímeles a que sientan confianza de hablar sobre cualquier sentimiento que tengan, así como de que poder hacer cualquier pregunta sobre cualquier asunto que les preocupe.
  • Al comunicarse con los niños, lo mejor es ser claros usando términos que ellos puedan entender.
  • Reafírmeles que siempre serán queridos y cuidados incluso en los momentos en que no esté físicamente presente.
  • Para niños que ya están en la adolescencia, se recomienda brindarles el espacio y el tiempo que necesiten, reiterándoles que está bien el hecho de continuar con las actividades que les resulte gratas hacer.

Comience por preguntarles su perspectiva o impresión de la situación

Resulta útil tener una idea de qué es lo que los niños piensan acerca de lo que está aconteciendo. El tipo de preguntas abiertas como "¿Dime lo que piensas sobre cómo me va hoy?" es una buena manera de abrir la conversación con ellos. A menudo los niños pueden sentir cuando las circunstancias se tornan más delicadas al observar cómo ha ido cambiando la forma en que actúan los demás a su alrededor, por el aspecto en sus rostros, o simplemente por el cambio en la cantidad de tiempo que dedican a las actividades que formaban parte de su vida cotidiana. Por lo general esto es un proceso que ocurre de forma gradual Puede que los niños noten las visitas de familiares y amistades que están brindando un apoyo mayor al acostumbrado, o que ahora el enfoque en la familia es dar prioridad a las visistas al hospital, lo cual resta tiempo disponible para otras cosas que el niño disfrutaba hacer.

Se aconseja preguntar a los niños si acaso han notado cualquier cambio a su alrededor y a qué piensan que podría deberse. Evite asumir y pensar que uste tiene una buena idea sobre lo que podría estar cruzado por sus mentes, pues sin importar cuán obvio algo parezca, al hablar con niños es necesario preguntar.

Usar los términos adecuados

A pesar de resultar más grato y menos incómodo, es importante que no use expresiones como "ya no está entre nosotros" o "pronto descansará en paz" para evitar decir "ha muerto" o "en poco tiempo podrá morir" lo cual es mejor al no dar espacio de malinterpretarse. Los niños más pequeños comúnmente no pueden discernir lo que se pretende decir al hablar con este tipo de expresiones amables.

Debido a que el entendimiento que los niños tienen se da en función de lo que pueden presenciar a través de experiencias que viven directamente, el concepto de la muerte deberá abordarse en términos y expresiones como los ejemplos a continuación lo sugieren.

  • La muerte significa ya no podremos ver a nuestro ser querido con nuestros ojos, aunque aún podremos seguir visitándole en nuestros corazones cada vez que pensamos en la persona, y en nuestras mentes mediante la imaginación.
  • La muerte significa que la persona dejará de estar entre nosotros durante el resto de nuestra vida.
  • Ya no nos acompañará como antes, pero sí permanecerá en nuestras memorias..
  • Asegúrese de explicarles que cuando alguien muere, ya no pueden sentir dolor, su corazón deja de latir y ya no necesitan respirar.
  • Debido a que los niños pequeños no comprenden los definitivo de la muerte, asegúrese de que entiendan que la muerte no es como un largo viaje, pues en este caso nadie va a regresar. De igual forma, es necesario que entiendan que morir no es parecido a dormir.
  • Una forma recomendable para abordar el tema de la muerte es mediante libros para niños que se enfocan al explicar lo que implica la muerte a través de cuentos o historietas. Consulte con uno de los profesionales a cargo de la atención médica del ser querido si acaso tienen recomendaciones sobre algún libro que puedan sugerir.

Dependiendo de la edad y de muchos otros factores en la edad del niño, puede que algunos capten el concepto y puedan aplicarlo a su ser querido a pesar de una reacción de consternación que en un principio podrían manifestar. Puede que también tengan sentimientos de rabia. Lo importante es que sepan que es normal todo lo que podrían estar sintiendo. Los niños podrían preguntarse quién cuidará de ellos tras el fallecimiento del padre enfermo. En caso de ya contar con un plan, asegúrese de compartirlo con los niños para que ellos puedan saber qué es lo que se puede esperar.

Esté preparado(a) que esta conversación será necesario repetirse en múltiples ocasiones.

Probablemente los niños menores no logren comprender lo que implica la muerte durante el primer año tras el fallecimiento. Puede que requiera repetir también esta conversación tantas veces como sea necesario hasta que puedan tener un entendimiento completo del tema Si un niño manifiesta que entiende todas las implicaciones, puede que ellos hagan las mismas preguntas todas las veces en que esa conversación requiera repetirse. Podría ser que esto pase debido a una esperanza en el niño de recibir una respuesta diferente, o que algo de lo que antes se le dijo dejó de ser.

Aunque esto resulte penoso o triste para usted, esto conforma una parte crucial en el proceso de preparación que el niño está teniendo. Eventualmente, el niño logrará asimilar y aceptar la realidad. Este proceso es la manera en que el niño encuentra la resignación sobre el evento de la muerte de su padre para ahora seguirá adelante con su vida

Asegúrese de que tenan certeza de que no carecerán de alguien que esté al tanto de su cuidado y atención..

Hay muchos casos en los que el padre no tiene la posibilidad de preparar un plan ante el evento de su muerte. Entonces, es importante proceder con los preparativos para que se pueda informar a los niños sobre las medidas que se están conem tomado todas las precauciones necesarias. En aquellos casos en los que no se cuente con la opción de algún pariente o amistad cercana que puedan conformar alternativas lógicas para el cuidado y atención de los niños, existen recursos de agencias de servicio social que pueden ayudar a encontrar personas posibles para tener la tutela de los niños. Este es un tema muy doloroso de tratar encima de estar lidiando con el cáncer, pero es algo que no se deberá ser pasado por alto. Es una forma en que el padre puede asegurar sus hijos que no quedarán desamparados, sin importar lo que suceda. Para los niños mayores, podría ser que quiera consultar con ellos primero su opinión acerca de quién quedaría a cargo de su cuidado.

Los padres deberán compartir el plan que tengan con sus hijos de una manera abierta y honesta. Para familias de un solo padre, es necesario que los niños están al tanto del plan de respaldo que tomará lugar en caso de que el padre llegara a morir. Para familias con ambos padres, los niños requieren ser informados sobre los cambios que podrían esperar. Preparar un plan y hablar con los hijos sobre éste hace que ellos vean qué tan importante ellos son para usted, También deberá reafirmar a los niños que siempre contarán con alguien que estará al tanto de su cuidado y atención tras la muerte del padre. Asimismo, se deberá asegurar que sepan que está bien que les surjan muchas preguntas qeu podrán hacer según se requiera y que tienen la posibilidad de hablar abiertamente sobre sus emociones y sentimientos.

Ayudar a que los niños se exprese abiertamente sobre sus sentimientos

Dependiendo de sus edades y de sus personalidades, los niños intentan proteger a sus padres de conocer sus verdaderos sentimientos. Está bien llorar frente a los niños porque esto permite que ellos se sientan con la confianza también de desahogarse cuando así lo sientan. Incluso podrían nombrar este desahogo con una palabra especial, lo cual podría ser útil para el niño en reafirmar que está bien y que es sano llorar por la muerte de un ser querido. Preguntar a sus hijos si sienten enojo y asegurarles que sentirse de esta manera es normal podría abrir la puerta para una comunicación útil y un proceso de recuperación. Una tristeza profunda es a menudo lo que está por debajo del enojo o frustración, lo cual requiere reconocerse para poder ser expresado y superado. Mientras que estos sentimientos pueden ser dolorosos de expresar y escuchar, hablar de ellos abiertamente puede aminorar su efecto, lo cual ayuda a que la gente se sienta más unida.

Los adolescentes son quienes podrían tener más dificultad en expresar sus emociones y sentimientos. También deberán ser animados a que se sientan que pueden hablar con sus padres, tutores o adultos de confianza.

Procure mantener a los hijos informados al aproximarse la muerte del ser querido.

Sin importar la edad cada niño, preparar a los hijos sobre la muerte que se avecina en alguien a quien conocen bien ser muy duro, en especial cuando se trata de uno de sus padres. Dado el hecho de que el cáncer es una enfermedad que se puede prolongar por varios meses e incluso años, los niños probablemente hayan estado sobre ello durante la mayor parte de la experiencia del cáncer en el ser querido. Lo ideal es que el niño haya estado al tanto y bien informado a través de todas las etapas de la enfermedad lo cual será útil al facilitar su capacidad de asimilar la aproximación de la muerte. No obstante, esto por lo general no dejar ser resultar doloroso para mucha familias pues la forma de sobrellevar esta situación varía entre una familia y otra

A medida en que empeora la enfermedad, es natural que un padre quiera proteger a los hijos al ocultar las señales que indican la gravedad de la situación. Los padres no quieren ser vistos por sus hijos al encontrarse en circunstancias lamentables como cuando haya vómitos, dolor y dificultad para comer, entre otros malestares. Podría ser que no quiere que los niños se percaten de que su estado es demasiado grave que no pueden siquiera prestarles atención. Pero es imposible proteger a un hijo ante todo lo que puede llegar a ocurrir, por lo que es mejor mantener a los hijos al tanto de la situación tanto como sea posible. El intentar estudiar a los hijos al ocultarles detalles de la realidad puede afectar en prolongar el tiempo que le tomará a los hijos poder adaptarse a la realidad.

Los niños menores no tienen que estar presentes en el preciso momento del fallecimiento, pero es importante para ellos que puedan permanecer en lo posible, pues es ahí en donde suelen sentirse más seguros.. Puede que resulte tentador proceder con el plan de encargar los niños con algún familiar, lo cual probablemente le genere más problemas al niño. Los niños que han pasado por una experiencia de este tipo a menudo lo manifiestan con resentimiento. Al crecer, estos niños indican que a partir de esa experiencia se siente excluidos del resto en la familia. Según lo que indican, al final lo que experimentan es una sensación de que no son importantes en la familia, independientemente de que se les diga lo contrario. Incluso hay quienes sintieron que el resto de la familia asumió que no tendrían la capacidad de sobrellevar las partes desagradables de esta situación, y que simplemente resultó más práctico alejarlos del núcleo familiar.

Si un padre se encuentra internado en un centro de atención médica, se deberá permitir a los hijos a tener tanto contacto con su ser querido como las circunstancias lo permitan. Lo mismo aplica para los casos en que el padre se encuentre en casa en estado moribundo.

También se deberá animar a que los niños continúen haciendo las actividades que normalmente les resultan gratas o divertidas. Como se indicó anteriormente, ya sea que sean menores o adolescentes, no se recomienda que se piense que lo que ahora corresponde es interrumpir todas las actividades normales en la vida del hijo con el fin de ser compañía del padre enfermo todo el tiempo.

Los adultos deberán prestar atención a los niños mayores para que puedan tener una buena idea de qué tanto involucrarlos en la situación con el padre enfermo. En los caos en que el padre enfermo esté en casa, asignarles ciertas responsabilidades en relación con la enfermedad del padre, como podría ser quienes se encarguen de encontrar las actividades y momentos ideales para una actividad recreativa que realmente resulte del agrado del padre, según las circunstancias lo permitan. Puede que algunos hijos disfruten de leer algún libro en voz alta o el ver alguna serie de televisión juntos. Durante estos breves espacios recreativos será posible que se generen memorias gratas en la vida futura de los hijos. Estos momentos serán muy atesorados al ser recordados por los hijos posteriormente cuando el padre deje de formar parte en sus vidas.

Puede que algunos adolescentes manifiesten un interés por querer apoyar con algunos de los cuidados que el padre requiere. El nivel de comodidad que sientan con esto dependerá del tipo de relación que tengan con el padre, así como de las otras obligaciones que tengan con sus actividades escolares y sociales. Debido a que los adolescentes se encuentran en una etapa en la que es natural buscar independizarse de los padres, el poder encontrar un buen balance entre el tiempo que pasan con el padre enfermo y el tiempo que dedican a las actividades correspondientes a los demás aspectos de sus vidas podrían representar un gran reto.

Los adolescentes pueden proporcionar parte del apoyo necesario con los asuntos del hogar, y es natural contar con su ayuda durante los momentos de crisis. De hecho, se ha observado que cuando se confía al adolescentes con asuntos importantes esto les hace sentir que confían en ellos durante los momentos críticos. No obstante, es importante garantizar en los adolescentes que aún conserven la posibilidad de continuar con sus actividades cotidianas en la escuela y con sus amigos, lo cual son partes que deberán mantenerse separadas de la parte que tiene que ver con la situación de su padre enfermo. Se aconseja de vez en cuando hacer un breve chequeo con los adolescentes para determinar si en efectos se está logrando un balance adecuado entre los diversos aspectos en la vida del hijo adolescente.

Los adolescentes mayores querrán incluso estar presentes durante los últimos momentos de vida del padre. Siempre y cuando el padre enfermo no tenga inconveniente, está bien permitir esto en algunos hijos adolescentes. Es normal el surgimiento de experimentar sentimientos encontrados (o sensaciones conflictivas) debido al temor y a la incertidumbre que suele haber en estas circunstancias. Podría ser útil consultar con el equipo de profesionales a cargo de la atención médica que les den una descripción de lo que se avecina y qué es lo que podrían esperar.

Las fuentes de tipo espiritual y religiosa podrían proporcionar algo de paz en los hijos.

A menudo los sistemas de creencias espirituales y religiosos, así como los antecedentes culturales en cada familia a menudo resultan ser útiles en la asimilación de la muerte de un ser querido. Por ejemplo, quienes crean en la existencia más allá de la muerte, podrían interpretar el fallecimiento simplemente como el inicio de una nueva etapa en el ser querido. Compartir el sistema de creencia con los hijos puede resultar útil para adaptarse mejor al cambio en la familia. Puede que alguna autoridad espiritual le pueda ayudar con su disponibilidad de tener una conversación en la que se aborden estos temas más apropiadamente.

Determinar a cuáles personas en la vida escolar de los hijos se aconseja informar

Es importante que los padres hablen con el maestro o el consejero escolar de sus hijos sobre la situación que están afrontando. El personal de la escuela entonces podría estar al tanto y estén atentos a cambios que podrían notar en el niño. En los casos de niños que tiene más dificultad en asimilar la situación, a menudo suelen manifestarlo a través de cambios en su conduta, en la escuela.

En ocasiones los hijos mayores prefieren que no se involucre a personas externas al núcleo familiar, pues les resulta inquietante que sus compañeros comiencen a tratarlos de forma distinta o que sean visto de manera diferente. En general, ningún niño desea sentirse diferente entre sus semejantes, y esta preocupación y preferencia del adolescente debe ser escuchada. Es importante procurar que el adolescente sienta confianza de hablar sobre sus sentimientos y emociones, y esto incluye respetar sus deseos de privacidad también.

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Nuestro equipo está compuesto de médicos y enfermeras con postgrados y amplios conocimientos sobre el cáncer, al igual que de periodistas, editores y traductores con amplia experiencia en contenidos médicos.

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Actualización más reciente: septiembre 15, 2022

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