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La manera en cómo los niños sobrellevan las situaciones relacionadas con la enfermedad y la muerte varÃa según la edad que tengan. Es importante considerar la edad del niño al determinar la forma de sobrellevar este tipo de situaciones. A continuación se presenta una serie de guÃas generales para cuando el ser querido que está próximo a fallecer es uno de sus padres, aunque también aplica para cualquier persona que sea un ser querido del niño. Estas sugerencias pueden ayudar a los adultos alrededor de los niños a determinar la mejor forma de abordar estos temas con ellos.
Los bebes o niños en etapa infante menores a los tres años no asimilan el concepto de la muerte de la misma manera en que lo hacen las personas adultas. Aun asÃ, ellos requieren ser informados cuando el padre se encuentra en un estado grave de salud, explicando que la enfermedad esta vez no es algo como cuando se tiene gripa o dolor de garganta. El objetivo es que el niño quiera aprovechar el tiempo que le queda al padre para dedicárselo. También es importante procurar que los niños sigan con sus actividades de rutina tanto como sea posible para que sientan que aún son cuidados y amados. Resulta útil para los niños que sepan que Mamá o Papá tiene que permanecer en cama cada vez por más tiempo a medida que se aproxima el final de su vida, y que por esta razón no podrán jugar con ellos como antes o de la misma manera. Hay que recordarles que esto no significa que el padre enferme lo quiera menos o que haya dejado de amarlo. Abrazarse, acurrucarse en cama, tomarse de las manos y acciones similares son el tipo de cosas que permiten continuar teniendo un contacto cercano con los niños.
Todas las preguntas que tengan los niños hay que responder tan honestamente como sea posible, usando palabras que sà puedan entender. A medida que los niño crecen, podrán asimilar con mayor detalle sobre lo ocurrido con su padre enfermo.
Generalmente los niños menores de 5 años aun no pueden comprender la caracterÃstica de permanente que conlleva la muerte, asà como tampoco entienden que todos eventualmente moriremos. Los niños dentro de este rango de edad suelen esperar que una persona fallecida regresará a ellos A menudo, con el transcurso del tiempo aunado al crecimiento natural de los niños es lo que hace que comprendan de que tras la muerte no hay regreso.
Cuando la muerte está por acontecer, se deber explicar a los niños que pronto llegará el final de la vida para el padre o ser querido. Al referirse al ser querido, con los niños ayuda hacerlo con sensibilidad, pero procurado el uso de frases claras. Por ejemplo: "La enfermedad hizo que su cuerpo ya no se pueda componer y pronto le dejará de funcionar". "Cuando esto pase, su cuerpo ya no sentirá nada, su respiración acabará y el corazón se detendrá". Referirse a la muerte que está próxima a ocurrir con frases del tipo "Pronto dormirá y descansará con tranquilidad" podrÃa ser malinterpretado y provocar que se alteren cuando eventualmente se percaten de la realidad. Además, los niños podrÃan desarrollar un temor al llegar "la hora de ir a dormir", por lo que es importante hablar con la verdad y usando las palabras adecuadas.
A continuación se presentan algunas sugerencias al hablar con niños dentro de este rango de edad.
Los niños a esta edad están mejor preparados para entender el concepto de la muerte, incluyendo la implicación de que es permanente. Puede que algunos niños equiparen la muerte con algún tipo de monstruo, fantasma o entidad similar. A menudo puede que también piensen en la muerte como alguna persona externa que tiene la intención de atraparles, salvo que corran tan rápido como puedan para lograr escaparse. Los niños dentro de este rango de edad podrÃan preocuparse por la posibilidad de que un monstruo, una bruja o algún demonio se encuentra debajo de su cama, pudiendo ser difÃcil convencerlos de que tal idea no forma parte de la realidad. Puede que también piensen que el otro padre o algún otro ser querido podrÃan haber hecho algo para prevenir la enfermedad o la muerte del ser querido.
Los niños a esta edad puede que se formen sus propias explicaciones, como los motivos por el cual un padre enfermo ya no puede jugar con ellos, p.ej. "mamá ya no me quiere porque yo le dije que ya no la querÃa". Es importante aclarar este tipo de ideas incorrectas a la brevedad posible: p.ej. "mamá no puede jugar porque no se siente bien al estar enferma, pero ella quiere que tú te sigas divirtiendo y que sepas que te quiere mucho"). Una vez que los niños asimilan una idea errada, será más difÃcil lograr la aclaración al tener que repetirla más de una vez en distintas ocasiones para reforzarla.
Asimismo, toda aclaración sobre el fallecimiento de un padre o ser querido se debe hacer con la paciencia y la sensibilidad apropiadas cada vez que se requiera hacer. No se exija demasiado en caso de que parezca que no se logra que los niños asimilen bien lo que se les dice, pues esto forma parte de un mecanismo de defensa natural al tener que confrontar alguna parte dura de la realidad.
A continuación se mencionan algunos consejos prácticos que pueden ser útiles:
Si el niño muestra un nivel grave de ansiedad, temores, teme ir a la escuela, se culpa a sà que se, está desanimado o con poca autoestima, considere que sea evaluado por un profesional de la salud emocional o mental.
Los niños dentro de este rango de edades buscan reafirmación por parte de sus padres de que son queridos. Algunos quieren tomarse de las manos con el padre o abrazarlo. A otros les conforta intercambiar tarjetas de afecto con el padre. Estos pequeños gestos podrán convertirse en algo que los niños atesorarán posteriormente.
Los niños de esta edad puede que tengan sentimientos de tristeza y pérdida durante la enfermedad terminal y la pérdida de un padre o ser querido. Puede que se apenen por las veces en que tengan alguna manifestación fuerte de sus emociones. Al brindarles constantemente información clara, tienen una mayor capacidad de comprender lo que implica la gravedad de la enfermedad, asà como para asimilar la implicación que conlleva la muerte de ser el final. Esto no significa que el niño no tenga la fantasÃa de que Mamá o Papá regresen a la normalidad tras su fallecimiento. Pero al proporcionar explicaciones simples sobre la muerte, con el tiempo entenderán que no habrá un regreso del ser querido tras su fallecimiento por tratarse de un evento permanente. También comprenderán que todo ser viviente eventualmente muere.
Al comunicarse con los niños, se requiero hacer de manera concisa con información básica sobre la enfermedad del padre y su tratamiento para que pueda comprender bien lo que está pasando. El entendimiento de la situación se dará de forma gradual y la información será asimilada una vez que los niños estén mejor preparados para sobrellevar la pérdida.
Los hijos adolescentes ya cuentan con un entendimiento adulto sobre la muerte pero podrÃa ser que carezca de la habilidad para sobrellevar la pérdida. Puede que tengan una experiencia particularmente difÃcil tras la muerte de un padre. Esto será más fácil de comprender si tiene en consideración lo que cualquier adolescente requiere sobrellevar sobre su propio desarrollo. El reto principal durante los años de adolescencia es lograr una identidad propia independiente al de sus padres y descubrirse a sà mismos como jóvenes adultos. Los desafÃos que se dan entre los adolescentes y sus padres son una parte natural en lograr esta identidad propia.
Los adolescentes a menudo se comportan de formas impredecibles: un dÃa se sienten con independencia y el siguiente se retractan buscando la seguridad de la infancia. Como cualquier padre de un adolescente sabe, es un desafÃo lograr un balance entre dar suficiente independencia al adolescente para que aprenda y tenga experiencias del mundo que le rodea, mientras que procura protegerlo de lo que aún no tiene la madurez de experimentar. Estos desafÃos se dan en todos los hogares.
Los adolescentes son los suficientemente grandes como para saber que sus vidas cambiarán en gran medida a raÃz de la enfermedad o muerte de uno de los padres, y comienzan a tener dificultad para sobrellevar esta posibilidad. Puede que sobrelleven esto en maneras que para los padres sean difÃciles de comprender, como cuando se rehúsan a hablar sobre la enfermedad, o bien, cuando pretenden tomar algo de control de esta situación. Puede que otros se adapten y se procuren una cercanÃa con los padres, y/o que traten de restaurar el orden en el hogar.
A medida que empeora el estado de salud del padre, puede que los adolescentes busquen acompañarle durante más momentos a través del dÃa cada dÃa. Puede que algunos adolescentes opten por apartarse en lo posible del ser querido tratando de evitar los pensamientos acerca de su fallecimiento. La mayorÃa querrán pasar más tiempo con el ser querido, sin dejar de tener tiempo para seguir siendo adolescentes. Está bien permitir el apoyo por parte de los adolescentes, pero se debe asegurar que quede en ellos la responsabilidad de dar seguimiento o supervisar la atención que el padre requiere.
Algunos consejos prácticos para apoyar a los adolescentes:
Equipo de redactores y equipo de editores médicos de la PÕ¾ÊÓƵ
Nuestro equipo está compuesto de médicos y enfermeras con postgrados y amplios conocimientos sobre el cáncer, al igual que de periodistas, editores y traductores con amplia experiencia en contenidos médicos.
Cancer.Net Helping Grieving Children and Teenagers | Cancer.Net. Accessed at https://www.cancer.net/coping-with-cancer/managing-emotions/grief-and-loss/helping-grieving-children-and-teenagers on May 20, 2022.
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Actualización más reciente: septiembre 15, 2022
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