Los cientÃficos todavÃa no saben qué causa la mayorÃa de los casos de mieloma múltiple. Sin embargo, los cientÃficos han avanzado en comprender la forma en que ciertos cambios en el ADN pueden hacer que las células plasmáticas se vuelvan cancerosas. El ADN es el quÃmico que porta las instrucciones para casi todo lo que hacen nuestras células.
- Algunos genes (las partÃculas que forman nuestro ADN) contienen instrucciones que controlan el momento preciso en que nuestras células crecen y se dividen. Estos genes que promueven el crecimiento celular se denominan oncogenes.
- Otros genes que desaceleran el crecimiento celular o hacen que las células mueran en el momento indicado se denominan genes supresores de tumores.
Se sabe que el cáncer puede producirse por errores, o defectos, llamados mutaciones en el ADN, que pueden activar los oncogenes o desactivar los genes supresores de tumores.
Algunos estudios recientes han encontrado que las anomalÃas de algunos oncogenes (como el MYC) ocurren en las primeras fases del desarrollo de los tumores de células plasmáticas. Los cambios en otros oncogenes (como los genes RAS) ocurren con más frecuencia en células del mieloma en la médula ósea después del tratamiento, y los cambios en los genes supresores de tumores (tal como el gen p53) están asociados con la propagación de la enfermedad otros órganos.
Las células del mieloma también muestran anomalÃas en sus cromosomas. En las células humanas, el ADN está empacado en cromosomas. Aunque las células humanas normales contienen 46 cromosomas, algunas células cancerosas pueden tener cromosomas adicionales (duplicación) o tener toda o parte de un cromosoma ausente (deleción). Es común en las células del mieloma que falten partes del cromosoma 17. Estas deleciones parecen provocar que el mieloma sea más agresivo y resistente a los tratamientos.
En aproximadamente la mitad de todas las personas con mieloma, parte de un cromosoma se ha intercambiado con parte de otro cromosoma de las células de mieloma. Esto se conoce como translocación. Cuando esto ocurre en un área crucial próxima a un oncogén, puede activar el oncogén.
Los investigadores han encontrado que en los pacientes con tumores de células plasmáticas se presentan importantes anomalÃas en otras células de la médula ósea, y que estas anomalÃas también pueden causar el crecimiento excesivo de células plasmáticas. Las células de la médula ósea que se llaman células dendrÃticas liberan una hormona llamada interleucina-6 (IL-6), la cual estimula el crecimiento de las células plasmáticas normales. Una producción excesiva de IL-6 por parte de dichas células dendrÃticas parece ser un factor importante en la formación de tumores de células plasmáticas.