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Úlceras por presión

Una úlcera por presión se desarrolla cuando se bloquea el suministro de sangre a un área del cuerpo porque hay una presión excesiva y prolongada sobre la misma. En consecuencia, la piel en esa área comienza a morir, lo que resulta en una área abierta como un cráter o úlcera en la piel. Estas áreas en la piel pueden llamarse úlceras de decúbito, llagas por presión, úlceras por presión o lesiones por presión. 

Una persona que permanece en la misma posición por un tiempo prolongado, por ejemplo, alguien que está postrado en cama o que siempre está en una silla o silla de ruedas, la mayor parte del tiempo ejerce presión sobre los mismos lugares. Esto reduce el flujo de sangre a dichas partes, haciéndolas más propensas a desarrollar úlceras por presión. La condición de estas áreas puede empeorar cuando rozan contra las sábanas o es levantado bruscamente de la cama o silla.

Los lugares comunes para que se desarrollen úlceras por presión son las caderas, las nalgas, los talones, los codos, los hombros, las orejas y la parte posterior de la cabeza.

¿A qué debe prestar atención?

  • Piel agrietada, ampollada, escamosa o desgarrada
  • Una úlcera abierta en la superficie de la piel o en el tejido por debajo de la piel
  • Manchas color amarillento en la ropa, sábanas o la silla (que puedan estar teñidas de sangre).
  • “Puntos de presión” dolorosos o muy sensibles (como, la parte posterior de la cabeza o del hombro, las orejas, los codos, los glúteos, las caderas, los talones y cualquier parte con hueso que se apoye en una superficie)
  • Los puntos de presión rojos en la piel que no desaparecen incluso después de retirar la presión (pueden ser una señal temprana de que la piel está a punto de agrietarse o morir)

¿Qué puede hacer el paciente?

  • Moverse tanto como pueda y cambiar de posición con frecuencia
  • Si se encuentra en cama, cambie de posición por lo menos cada 2 horas: de acostado del lado izquierdo a acostado de espalda, y luego del lado derecho.
  • Cambie el punto en donde recaiga el peso cada 15 minutos al estar en una silla de ruedas. Use cojines especiales con acolchado de esponja o gel para reducir la presión.
  • Escoja prendas de vestir que no queden tan ceñidas que aprieten, ni tan holgadas que puedan abultarse por debajo.
  • Proteja los otros “puntos de presión” con almohadas para prevenir nuevas úlceras. De ser posible, use un colchón que reduzca la presión o una cubierta de hule espuma de tres o cuatro pulgadas sobre el colchón.
  • Ejercítese tanto como pueda. Procure hacer caminatas breves dos o tres veces al día. Si no puede caminar, haga ejercicios de estiramiento, mueva brazos y piernas hacia adelante, atrás, arriba y abajo.
  • Ingiera alimentos altos en proteína, como por ejemplo pescado, huevos, carne, leche nueces, o crema de cacahuates (mantequilla de maní).
  • Aumente su consumo de líquidos (si no está comiendo bien, intente con líquidos altos en calorías como las malteadas o complementos líquidos enlatados). Asegúrate de consultar con su equipo de atención médica la cantidad de líquido que puede beber de forma segura.
  • Proteja la úlcera y el área circundante con una almohadilla de esponja adaptable o almohada.
  • Enjuague cualquier úlcera abierta con agua con mucho cuidado y cúbrala con un vendaje que haya sido aprobado por su equipo de atención médica. Haga esto cada vez que el vendaje se ensucie, o al menos dos veces al día o como le sea indicado. Si le recetan ungüentos o cremas, úselos tal y como se lo han indicado. Informe al equipo que atiende el cáncer sobre cualquier picazón, ampollas, secreción, o aumento en el tamaño de la úlcera.

¿Qué puede hacer el cuidador del paciente?

  • Anime al paciente a moverse tanto como pueda
  • Recuerde al paciente cambiar de posiciones con frecuencia, o ayúdele a voltearse cada 2 horas si está en cama.
  • Si el paciente no puede tener control sobre sus intestinos y vejiga, cambie su ropa interior tan pronto observe suciedad. Aplique un ungüento en la piel tras limpiarla (como A+D) y mantenga el área seca. Utilice colchoncillo protector por debajo para prevenir que se moje el colchón y facilitar su limpieza. No use ropa interior de material plástico a menos que el paciente no esté en cama.
  • Si hay una úlcera abierta, pregunte sobre vendajes especiales para ayudar a protegerla.

Si el paciente no puede levantarse de la cama:

  • Si nota un área de presión enrojecida (un área que permanece enrojecida después de haberle quitado la presión), evite la presión tanto como pueda para intentar prevenir mayor daño. Utilice almohadas y cambie a menudo la posición del paciente.
  • Revise su espalda y costados cada día para asegurar que la piel luzca normal. Ponga especial atención a las áreas de presión como cóccix, caderas, rodillas, tobillos, talones, hombros y codos.
  • Mantenga la cabecera de la cama horizontal o a un ángulo de 30°
  • Mantenga las sábanas de abajo tensas para que no hagan arrugas
  • Si el paciente tiene dificultades para estar sobre sus costados, pregunte si con almohadillas puede ayudar a sostener la posición
  • Pregunte al equipo que atiende el cáncer si usted puede conseguir una enfermera de atención domiciliaria para que le visite y ayude a hacer un plan para atender y prevenir problemas posteriores en la piel
  • Pregunte si usted puede conseguir cojines de esponja, gel o aire para camas y sillas. Infórmese sobre camas especiales que ayuden a reducir la presión.

Llame al equipo de atención médica si el paciente

  • Tiene un "área de presión" enrojecida que no está mejorando después de cambiar de posición
  • Tiene piel agrietada, ampollada, escamosa o desgarrada
  • Tiene una úlcera que se está agrandando
  • Tiene una secreción de la úlcera espesa o maloliente
  • Necesita los servicios de una agencia de cuidados en el hogar para recibir ayuda con suministros y atención de lesiones

Equipo de redactores y equipo de editores médicos de la PվƵ

Nuestro equipo está compuesto de médicos y enfermeras con postgrados y amplios conocimientos sobre el cáncer, al igual que de periodistas, editores y traductores con amplia experiencia en contenidos médicos.

 

Fauci AS, Braunwald E, Kasper DL, et al (Eds). Harrison’s Principles of Internal Medicine, 17th ed. New York: McGraw-Hill Medical, 2008.

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Actualización más reciente: febrero 1, 2020

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